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5 razones por las que el amor de tu vida tiene que ser de Mazatlán

Como todos sabemos Mazatlán tiene en su haber ser uno de los lugares donde existen hombres y mujeres caracterizados por su belleza, no solo física si no interior, pues ya sin tanto bla bla bla, les presentamos cinco razones por las que el amor de tu vida tiene que ser de este puerto.

Tu y yo así en el mirador de cristal de El Faro

1.- Su sinceridad

Una de las características que busca siempre una persona en una relación es la sinceridad, y los mazatlecos son neta, no hay medias tintas con ellos y si te dicen te amo es con toda la franqueza del mundo, por ello esta será además de una razón una cualidad.

2.- Alma alegre

Sus bromas, la música que disfrutan e incluso sus fiestas continuas, hacen de un mazatleco alguien con el que siempre cualquier pretexto será bueno para armar la fiesta, así que siempre será un motivo para que convivas con el amor de tu vida.

3.- Te conquistará con la deliciosa comida

En Mazatlán se comen los mejores mariscos del mundo, así es que el amor de tu vida sea mazatleco ya es garantía de que podrás disfrutar de este tipo de comida de la mejor calidad ya que los mazatlecos aman preparar sus propios platillos como aguachile, ceviche de camarón y de sierra. Y no te preocupes si no los sabe preparar en Mazatlán hay decenas de lugares donde los podrás disfrutar y tendrás la ventaja de que tu novio (a) conozca los mejores de todos.

4.- Tendrás el mejor lugar para vacacionar

Si tú y el amor de tu vida no viven en Mazatlán tendrás el mejor lugar para vacacionar todo el año, con la mejor temporada que es el Carnaval o semana santa, si te mudas para el puerto vivirás junto a tu pareja en el puerto más bonito de México.

5.- Tendrás fotos increíbles

Los mejores atardeceres son en Mazatlán, imagina capturarlos al lado del amor de tu vida, esas fotografías quedarán para la historia y se las presumirán a sus hijos y nietos.

Así que piénsalo y ya dile que si a esa personita mazatleca que seguro te mueve el tapete, no te hagas del rogar.

¡Qué viva el amor!